miércoles, 30 de enero de 2013

La vida

           Me olvido de que fue un sueño. Me olvido de que estaba desposeído de todo aquello que no valía la pena. Lo interesante es que estaba allí. Estaba muerto o dormido, o soñando, o cualquier cosa, pero estaba  sobre la cama. Me alejaba de mi mismo, me di cuenta de que era parecido a alguna de las escuchadas experiencias psicodélicas. Pero estaba yo allí, tumbado, pero a la vez observándome, observando a mi propio cuerpo, el yo estaba afuera de mí, era una experiencia increíble. Me parecía completamente una transfiguración de mí mismo. He ahí mi cuerpo, he me ahí mismo mi yo aquí. Era la salida de mi consciente de su cerebro. Esto era Descartes, pero con una mayor satisfacción, y no con esa pérdida del mundo. No me acuerdo de cuanto duró esa metaexperiencia, pero lo que si sé, es que estaba superando sin darme cuenta a la muerte. 

             Con el paso del tiempo, descubrí una frase:

"Vernos a nosotros mismos como los demás nos ven es un don en extremo conveniente."

Aldous Huxley me comprendió.

No hay comentarios:

Publicar un comentario